Tres nicaragüenses fueron detenidas en el sur de Honduras por llevar de contrabando hacia El Salvador 75 aves “emborrachadas” para que no hicieran ruido.
Las mujeres, detenidas el lunes, cargaban 40 pericos y 35 loras en varias canastas, envueltas en trapos humedecidos con aguardiente para que las aves se mantuvieran tranquilas.
Las nicaragüenses son Ulisa Antonia Gómez, Joselina Carranza y María Edas Hernández, quienes viajaban en un autobús de pasajeros desde la frontera de su país con Honduras hacia El Salvador y fueron detenidas en el retén de Pavana, Choluteca.
La policía también decomisó a las mujeres varias botellas del aguardiente con que “emborrachaban” a las aves, que habían sido capturadas en Nicaragua, indicaron los medios
locales.
Decomisan loras y pericos borrachos, El Diario de Hoy, miércoles 27 de marzo, 2007.
Desde entonces he contado la historia un par de veces, provocando chistes y bromas sobre loras borrachas. Quería compartir la gracia en esta bitácora. Pero entonces se me ocurrió buscar una imagen que ilustrara el cuento. Y al hallarla me topé con la noticia tal y como apareció en Honduras, donde ocurrieron los hechos y donde los reporteros obtuvieron los datos de primera mano. El tono del artículo es radicalmente distinto, como lo demuestran estos fragmentos:
El descubrimiento fue casi aterrador. Los pericos iban en canastas, envueltos en trapos humedecidos con alcohol para que los animales se mantuvieran adormecidos y no hicieran ruido.Lo que en Honduras fue una historia de horror que evidenciaba un acto inhumano contra especies en peligro de extinción se convirtió para los periódicos de otros países en una nota de color.
(...) Las aves que se encuentran en peligro de extinción eran llevadas por tres mujeres nicaragüenses, las que aseguraron que los animales eran procedentes de Nicaragua y que iban con destino a El Salvador donde los pagaban en dólares.
(...) La Dirección General de Servicios Especiales de Investigación de la Policía (DGSEI) manifestó que los traficantes de animales están utilizando unas nuevas estrategias para llevar los loros y pericos. El acto inhumano consiste en envolver los pájaros con trapos bañados de aguardiente o alcohol, de esta manera se aseguran que no hagan ruido y así no los detecten los pasajeros.
(...) Las loras, casi de forma inmediata, serían trasladadas a la Estación Biológica Zacate Grande, donde serían liberadas para que no murieran, especialmente las que se encontraban maltratadas por el largo viaje desde Nicaragua. Los decomisos de especies en extinción son casi normales en esta zona del país. Los animales más propensos al tráfico son los reptiles y aves como loras, pericos y guaras.
Decomisan pericos borrachos. El Heraldo, Honduras, miércoles 27 de marzo, 2007.
El tráfico de animales es un acto horrendo porque está extinguiendo la fauna que nos identifica. Esta es nuestra naturaleza y somos parte de ella, dependemos de ella. Este cuento, tan genial y divertido cuando lo conocí al principio, ahora sé que no es para reírse.
A quienes les interese el tema, El Diario de Hoy publicó un excelente reportaje en dos entregas, el 24 y 25 de septiembre del 2006: Depredadores de animales y Descarado saqueo de fauna.
3 comentarios:
No hay, aún, mucha sensibilidad en el país sobre la crueldad a los animales salvajes.
Si la hubiese, aún con info defectuosa (la que tenías disponible antes que obtuvieras la fuente original), hubiese sido posible atar cabos e inferir que éste era un abuso:
1. Nadie en Nicaragua cría loras en granjas
2. Aún si las criasen, no las enviarían con tres mujeres, y menos de contrabando
Por lo tanto, los animalitos tenían que ser silvestres. Y sacar animales del bosque en estos tiempos es la peor crueldad que puede hacerse.
Respecto a la idea de liberarlas en Honduras, espero que los biólogos en Zacate Grande, si es que los hay, sepan lo que hacen. Liberar animales salvajes en un entorno extraño es, en el 99% de los casos, fútil. Los nichos biológicos son estrechísimos, y la probabilidad de que los pájaros se encuentren con competencia insuperable o sin su comida acostumbrada o sin las redes sociales que necesitan son altísimos.
Pero lo más terrible es que aún haya salvadoreños que consideran tener un animalito de éstos en casa "un adorno." El corazón se estruja.
EV, leí tu comentario con interés y con mucha sorpresa. Si me sentí avergonzado cuando escribía este post, ahora me siento doblemente avergonzado, porque tenés razón, no era muy difícil "inferir que éste era un abuso". Yo sabía esto, y también sabía lo que decís sobre la práctica de liberar animales, porque durante una investigación que hice sobre el zoológico hace un año, conocí la labor de Funzel en El Salvador, que atiende a los animales decomisados por tráfico. Pero nunca se me cruzaron estas cosas por la mente la primera vez que leí el artículo. Para ser libres, realmente, en una democracia, todos necesitamos ser lectores críticos de los medios de comunicación. No siempre es fácil, pero cuando nuestro criterio falla, ahí está el diálogo, el intercambio de ideas. Gracias.
Solavá, pido disculpas, no fué mi intención decir que la inferencia la debiste hacer vos; más bien quise decir que todos los salvadoreños que nos reímos ante la historieta "de los pericos bolos," si fuésemos sensitivos ante las necesidades de los animales silvestres, debimos haberla hecho.
Buen artículo. Slds.,
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