domingo, mayo 20, 2007

Límites

En un post de este blog, alguien que se hace llamar "Verdadero" publicó un comentario y yo lo borré. Nunca antes había hecho eso porque nunca antes había tenido necesidad de hacer eso. ¿Cuál es mi límite? Es muy sencillo, las discusiones deben mantenerse centradas en el tema, y esto significa que no voy permitir la mayor falacia que se puede esgrimir en una discusión: atacar a las personas cuando no se tiene la capacidad para debatir una idea. Entiendo que algunas personas tienen fuertes resentimientos contra algunos políticos y empresarios de este país. Pero, ¿realmente creen que llamar a alguien "homosexual" le quita validez a una idea o un logro conquistado por una idea? Por ejemplo, Florence Nightingale, la mujer que fundó la carrera de enfermería, fue una lesbiana. Imaginemos ahora, por un momento, que todo El Salvador como sociedad decidiera eliminar todas las ideas generadas por homosexuales. ¿Qué sucedería en nuestra sociedad si elimináramos de golpe a todas las enfermeras de los hospitales porque todo lo que tienen y hacen, desde el uniforme blanco hasta las tareas médicas y hasta las más simples, como los protocolos para limpiarle el culo a un paraplégico o para preparar a una madre para un parto, fueron idea de una lesbiana? ¿Qué tipo de imbéciles tendríamos que ser para hacer algo así? Querramos o no, grandes ideas vienen a veces de personas a quienes no queremos u odiamos por alguna razón u otra. Ese es el punto de la más conocida parábola de Jesús. Todo el mundo cree que "samaritano" es sinónimo de persona bondadosa. Eso no es verdad. "Samaritano" es sinónimo de una persona despreciada. Los judíos odiaban a los samaritanos. El evangelio nunca habla de un "buen samaritano", ese es un invento posterior. El punto de la parábola es que las personas deben ser juzgadas por sus actos, por las acciones que emanan de su carácter como personas. Y si hay que discutir algunos actos, buenos o malos, entonces se discuten, pero no con el filtro del odio contra un homosexual o contra un negro o contra un extranjero o contra un anciano o contra un "sucio ilegal" como me llamaron tantas veces a mí cuando yo era un niño inmigrante en los Estados Unidos. Así que ya lo saben.

1 comentario:

JC dijo...

Yo estoy en contra del robo (como acción y comportamiento consuetudinario) pero jamás debería permitirme etiquetar a alguien en concreto como "ladrón" (aunque los tribunales de justicia así lo declaren) pues yo -en lo particular y lleno de defectos como soy- no debo juzgar la interioridad de nadie.

La persona -por muchos defectos que teóricamente pueda tener- es persona y merece el mismo respeto que los buenos cristianos le rinden a Jesucristo, al menos... La dignidad humana es algo real y realmente valioso.

Puedo también estar en contra de la moralidad del acto sexual -como tal- entre personas del mismo sexo, pero jamás debería etiquetar a alguien (aunque le guste etiquetarse a sí mismo) como "lo que sea" pues yo -en lo particular y lleno de defectos como soy- no debo juzgar la interioridad ni el futuro de nadie.

Efectivamente, Solavá, en esta selva deforestada costera que es El Salvador, suele usarse improperios "ad hominem" para encubrir nuestra falta de argumentos. Eso tal vez no tendría nada de malo si no atentara contra la dignidad de las personas.

Qué refrescante y bueno es saber que gente como tú, se preocupa por la dignidad de otros. Eres un digno HOMBRE y además, (aunque no sé si crees en ello) CRISTIANO.