Ayer, sábado 16 de enero, el presidente de El Salvador Mauricio Funes, pidió perdón, en nombre del Estado a los familiares de las víctimas de la guerra que cobró la vida de más de 80 mil personas entre 1981 y 1992. Un momento histórico, sin duda. Mauricio Funes había prometido este acto desde que era un candidato presidencial. Y lo cumplió. Pero acabo de caer en la cuenta de que por la escenografía y el montaje de todo el evento, las estrellas del acto fueron Funes y su esposa Vanda Pignato de Funes.
Debido a que se trató de un acto solemne en el Ministerio de Relaciones Exteriores, la distribución de los asistentes fue jerárquica: los funcionarios del más alto nivel en el plano más alto, y así hasta los invitados al fondo: los representantes de las organizaciones de derechos humanos, muchos de ellos madres y familiares de víctimas. Como consecuencia del protocolo, la cobertura fotográfica estaba orientada, por diseño de Casa Presidencial, a enfatizar el discurso del presidente y las reacciones de su esposa o bien, la del ex presidente Alfredo Cristiani o el resto de ex funcionarios de su gobierno, incluyendo al alto mando del ejército durante el período de la guerra. Esta es la razón por la cual la agencia internacional de prensa AFP destacó, como vemos, la reacción de Pignato de Funes, convirtiendo el evento en un acto de publicidad para Casa Presidencial: el melodrama de la primera dama que reacciona con lágrimas al emotivo discurso de su valiente esposo, el presidente Mauricio Funes... el trasfondo tan artificial del rostro sonriente de un niño transforma la fotografía en algo así como la ilustración de una "noticia del corazón" para la prensa sentimental.
El Diario de Hoy eligió el tema de la reconciliación para la foto de portada: el presidente que pide perdón le da la mano al ex presidente presuntamente implicado en crímenes de guerra, Cristiani (la fotografía elegida le otorga una clara preponderancia a Cristiani). El texto de la foto destaca que lo que está en juego son las reputaciones históricas de los actores políticos, tanto los del presente como los del pasado: "Funes pide perdón a víctimas de la guerra: el mandatario saluda a Alfredo Cristiani, principal impulsor del acuerdo que acabó con la guerra en 1992". El Faro, incidentalmente, no mostró esa imagen, pero sí describió la escena: "Y en ese momento, la imagen para la foto de la mañana de este sábado 16 parece surrealista, compuesta por la silueta de un presidente que por primera vez pide perdón, y por las silueta de un opositor, ex presidente de la República, contra quien fuera de las fronteras -en España- un par de organismos civiles de derechos humanos le promueve una querella por supuesto encubrimiento del asesinato de los sacerdotes jesuitas."
En su propia cobertura, El Faro se concentró en el significado del evento para los familiares de las víctimas. Las dos fotografías de Mauro Arias hablan sobre la dolorosa memoria de los supervivientes. La imagen que encabeza el artículo destaca la solemnidad del minuto de silencio; en ella el presidente es empequeñecido a su más mínima expresión por los asistentes. Y la que cierra el artículo es de madres de familiares asesinados durante la guerra, abrazándose y con lágrimas en los ojos. Compárese la autenticidad de la emoción profunda de las madres en la fotografía de El Faro a la reacción tan bien calibrada de la primera dama en la fotografía de la AFP.
Una historia, tres medios de prensa, tres actitudes morales. Elige la tuya.
7 comentarios:
Yo me quedo con tu actitud moral. Resaltas lo accidental sobre lo esencial. Estabas mejor de vacaciones.
"Lo accidental sobre lo esencial".
La primera vez que escuché esa frase fue en un documental sobre un sacerdote que se quejaba de que la juventud privilegiaba demasiado "lo accidental sobre lo esencial". Cuando ese sacerdote fue condenado veinte años después por violar a los niños a los había enseñado en un colegio católico, les dijo a sus víctimas: "Lo esencial es que comprendan el valor del perdón".
Mi actitud moral como escritor y periodista es ser amoral. Esto no es lo mismo que ser inmoral. Significa que no hago juicios morales sobre las personas sobre las que escribo. Ser amoral es difícil, por eso es difícil la objetividad en el periodismo, que exige ver a todos los implicados en una historia sin prejuicios. Pero siguiendo tu línea argumental yo estaría de acuerdo en que la actitud moral del periodista radica precisamente en distinguir lo esencial de lo accidental.
No hay nada accidental en la cobertura de cada uno de estos tres medios de prensa, y la manera en que cada uno presenta la noticia es muy distinta. Por lo tanto, ¿cuál de los tres ha sabido capturar lo esencial de lo accidental de este hecho histórico?
Si realmente crees que lo esencial es la disculpa de Mauricio Funes en nombre del Estado, entonces no has visto que lo que él acaba de hacer es quitarle al Estado un peso de encima y ha puesto ese peso sobre los hombros de las víctimas, que ahora deberían decidir si aceptan o no ese perdón.
Sin la búsqueda y el descubrimiento de la verdad, sin un juicio como la ley manda, sin atribuciones individuales de culpa, esto implica que los culpables individuales no pagarán por sus crímenes, que las víctimas no tendrán derecho a una justa reivindicación, y que sus familiares no tendrían una reparación justa, aún cuando el Estado ha prometido una reparación. Si las víctimas conceden perdón al Estado sólo podrán recibir la reparación que el Estado quiera darles, no la que les otorgaría un proceso judicial.
El diablo está en los detalles, por muy accidentales que estos parezcan ser.
Basta con ver las fotos para darse cuenta de las diferencias abismales entre los periódicos. No creo que las madres de los desaparecidos lloran porque el presidente pidió perdón sino porque por fin dijo que el ejército era el responsable de las barbaridades que se cometieron en la guerra.
Hmmm... Creo que el segundo anónimo no es el mismo del primer comentario. Bien, cuánta gente creen que verán la imagen de las "madres de los desaparecidos" llorando y abrazándose. La mayoría de los lectores de prensa no comparan noticias, sólo leen el diario que eligen leer día a día. Esto significa que la mayoría sólo verá una interpretación de un evento. Si una persona sólo lee la noticia internacional y ve a la primera dama derramando una lágrima, formulará una impresión muy diferente de la persona que sólo lee El Diario de Hoy o la que sólo lee El Faro. La imagen que acompaña la nota influirá profundamente en la percepción del hecho. Es así de simple. Al comparar las diferentes maneras de ilustrar la noticia, yo me estoy negando a ser un receptor pasivo de la noticia.
¿Mi opción moral como lector de noticias? En este caso elijo la cobertura de El Faro. No tengo ningún problema con ver al presidente empequeñecido por la verdadera fuerza moral de las víctimas.
Hola
Me gustó el post, lo comenté hoy con amigos que trabajan en la comunicación y desde esa perspectiva, lo discutimos. Nos gustó y dio pie para discutir...y discutir.
Detesto cuando la periodistas o comunicadores, creen que deben militar a través del periodismo, o tomar parte. La ciudadanía quiere elementos, que se presenten los hechos lo mas apegados a la verdad ah! y por fortuna tener --lo que hiciste en el post-- una gama de opciones informativas para sacar una conclusión como lectora, y de paso, criticar y advertir ciertas manipulaciones informativas...sesgos...en fin.
Hay que agradecer el primer comentario pues permitió tu comentario que introduce otros elementos.
fijate que el perdón a veces no tiene sentido y no sólo se trata de un imperativo moral, también hay imperativos normativos por honrar.
Lo esencial, es ir con el hijo de Mario Zamora y preguntar que piensa, o con los hijos de Felix Ulloa, o con los de FDR, o los que masacraron en el sepelio de Monseñor Romero.
Hechos que sucedieron hace 30 años, todos de 1980....la hija de un asesinado me pide ayuda pues estaba en el vientre cuando ejecutaron a su papá, un abogado del Socorro Jurídico del Externado, ella mas que perdón...quiere ver el rostro de su papá y entender porqué murió...un acto político tan lejano y ajeno no sabe a nada.
Saludos Jorge
y que bueno que escribás
Me gusto mucho el post.
En tu blog he aprendido como los editores de fotografias de los medios transmiten tambien "ideas" y sensaciones. No me daba cuenta de ello.
Veo un poco ventajista decir que las lagrimas de la sra. de Funes eran "bien calibradas", aunque no "meto" mis manos al fuego por ella.
En realidad yo no digo que las lágrimas de la primera dama eran "bien calibradas". Esto lo dije en relación a su reacción, lo cual es distinto. Es decir, ella se contuvo, como resultado la imagen representa su reacción tan mesurada en comparación con el desborde de emoción de las madres. Creo que esto es bastante obvio.
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