El siguiente fragmento proviene de una nota secundaria publicada en El Faro sobre los sucesos culturales del 2006, y finaliza con las opiniones coincidentes de Roberto Galicia y la mía sobre el tema de la pérdida irreversible del patrimonio cultural en el Centro Histórico de San Salvador:
Roberto Galicia, director del Museo de Arte y ex presidente de Concultura, sostiene que una de las perdidas más grandes a nivel de patrimonio cultural en el país está retratada en el Centro Histórico de la ciudad.
“En ese desastre participa en proporciones iguales Concultura y la Alcaldía de San Salvador. Cada vez se retrocede más, por mucho que se hable, el Centro Histórico se ha convertido en una frase circunstancial y es un campo en el cual literalmente no se ha hecho nada. Hay un retroceso total en el Centro Histórico como parte de la memoria, de la historia del país, como problema urbano”, indica Galicia.
Para el escritor y critico de arte Jorge Ávalos es una gran tristeza lo que está pasando al patrimonio histórico del centro de San Salvador. “Todas las leyes están acompañadas de dos tipos de acciones: una para castigar lo negativo y una para apoyar lo positivo, entonces la ley de patrimonio no tiene ese aspecto positivo. No hay incentivos para que la gente invierta en comprar esas propiedades, en restaurar, protegerlas, conservarlas. Estamos ante una situación en la que Concultura, por inacción, está coadyuvando a la destrucción del patrimonio histórico del centro de la ciudad”.
El último estudio sobre la situación habitacional en el área realizado por Fundasal y avalado por la Alcaldía de San Salvador sólo detectó 58 hogares en la zona del microcentro. Y de acuerdo a la gerencia del Centro Histórico, a quienes yo entrevisté, hay menos de 2 mil votantes en un área por la que transitan un promedio de un millón y medio de personas cada día. Y no hay una sola encuesta o estudio que yo haya visto, y examiné decenas, que indique satisfacción con el estado en que se encuentra la capital de San Salvador. Una anécdota circunstancial es una excusa muy pobre para evadir responsabilidad.
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