domingo, febrero 17, 2008

Una verdad aborrecible

El domingo 17 de febrero recibí un comentario anónimo en un post del mes pasado. Dado que el comentario no se refiere al contenido del post sino a una serie de artículos que publiqué en El Diario de Hoy sobre el cierre de la planta industrial Record en Sitio del Niño, coloco el comentario a continuación y luego mi respuesta.

Anónimo escribió:

Lo que me parece insólito, inaudito y lamentable es que se trate de enfocar este asunto desde una perspectiva tan sesgada y mafiosa.

Máxime cuando hablamos de la salud de niños/as.

Pero la voracidad económica de algunos y la mercenaria disponibilidad plumífera de los serviles de ayer, hoy y siempre nos ofrecen este tipo de periodismo de investigación al servicio de la mentira.

En cualquier país del mundo que se precie este empresario estaría hace meses en la cárcel. Aquí acabará recibiendo una indemnización.


Mi respuesta:

Tengo que suponer que el comentario anterior se refiere a una serie de artículos que aparecieron en El Diario de Hoy entre los días 7 y 9 de febrero pasados. Esos artículos los escribí yo, Jorge Ávalos.

El punto principal que hace "Anónimo", supongo, aunque esto no es muy claro porque ha escrito su nota con el hígado, es que esos artículos son una muestra "de periodismo de investigación al servicio de la mentira". La verdad es que no hay un solo dato falso en esos artículos. Nada de lo que se dice en ellos es una mentira, por lo tanto no puede ser calificado de periodismo al servicio de la mentira. Todo lo que se dijo está sustentado no sólo por la documentación que aparece citada, sino por mucha documentación y por testimonios que no fueron citados pero que me ayudaron a comprender lo que había ocurrido.

El mismo día en que apareció el primero de esos artículos publicados, el ministro de Salud Guillermo Maza admitió que lo se decía allí era cierto: el Ministerio de Salud revocó el 28 de enero todas las actuaciones que la Unidad de Sitio del Niño llevó a cabo para justificar el cierre de la fábrica, y en efecto dejó sin fundamento legal el cierre de la fábrica. La explicación que aparece en esa resolución es que el procedimiento para sancionar a la empresa y que fue revocado era ilegítimo por razones constitucionales. Cuando el Estado viola la Constitución violenta los derechos de todos.

Ahora el ministro Maza anda diciendo por ahí que "el procedimiento no fue malo". Si el procedimiento no fue malo, entonces ¿por qué lo revocó? El cierre, tal y como está en este momento, es nulo. Esas irregularidades abren la puerta a las demandas contra el Estado. Mayor razón para denunciar el trabajo tan ineficiente e hipócrita del Ministerio de Salud.

Tampoco hay "una perspectiva tan sesgada y mafiosa" en esos artículos. Todos los medios de comunicación han escrito mucho sobre el caso, incluyendo El Diario de Hoy. Pero el propósito de estos artículos fue investigar cuáles eran las implicaciones del cierre de Record. No sabíamos qué íbamos a encontrar. La primera señal de que había algo raro con todo esto se vislumbró para mí cuando descubrí que al día siguiente del cierre el Instituto de los Derechos Humanos de la UCA dio una conferencia de prensa para denunciar la manera en que esta acción se efectuó, sobre todo porque la clausura de Record no lo realizó la autoridad competente. Así que investigué ese ángulo legal, y pude comprobar que IDHUCA tenía razón.

El viernes 8 de febrero, también el procurador Oscar Luna admitió que cuando él solicitó medidas cautelares contra Record, indicó que éstas debieron haber sido llevadas a cabo por el Ministerio de Medio Ambiente (la autoridad competente), no por el Ministerio de Salud. Ahora preguntémonos, ¿a quién beneficia que el procedimiento haya sido tan errado?

En otra parte lo dije: Yo sólo reporté la verdad sobre este caso, y el hecho de que esta verdad sea aborrecible no la hace menos verdadera. Lo que yo ahora quisiera saber es: ¿Por qué la gente prefiere haber ignorado que esto estaba ocurriendo? El Ministerio de Salud revocó el 28 de enero de 2008 el fundamento legal del cierre de Record y no se lo dijo a nadie, absolutamente a nadie. No se lo dijo a las comunidades, no se lo dijo a los medio de comunicación ni a los diputados en la Asamblea Legislativa. Por lo tanto, era urgente que la gente lo supiera, era urgente que las comunidades y pobladores que habían denunciado la contaminación y que habían visto una victoria en el cierre se percataran de lo que el Ministerio de Salud estaba haciendo sin decírselo a nadie.

Durante el 2007 el Estado incurrió en muchas arbitrariedades que la mayoría de blogueros denunciaron: los cargos por terrorismo contra manifestantes en Suchitoto o la publicidad policial que violó el debido proceso en el caso de Mario Belloso. También yo denuncié esas arbitrariedades, a veces antes que otros y con mucha más fuerza, en este blog. Las arbitrariedades del Estado en el caso Record son igualmente peligrosas porque rompen con la fábrica de la constitucionalidad y dejan a los salvadoreños sin el soporte que los protegería de abusos a sus derechos humanos y civiles. Es muy peligroso que un ministro pueda hacer lo que le da la gana cuando quiera sólo porque tiene potestad sobre ciertos ámbitos y actividades sociales. Si la sociedad les permite actuar sin respetar el debido proceso, ¿qué le impide al Ministro de Gobernación cerrar y prohibir que organizaciones como CESTA o UNES, que han denunciado la contaminación en este caso, continúen operando, por ejemplo?

No podemos permitir, bajo ninguna circunstancia, que el Estado actúe de forma inconstitucional. Si lo permitimos sería "insólito, inaudito y lamentable", y sería darle al Estado un poder que no merecen tener en sus manos, sobre todo después de que el Ministerio de Salud ha actuado de una manera "tan sesgada y mafiosa" atribuyéndose poderes que no tiene con el fin de borrar de un golpe las denuncias que la comunidad había acumulado contra su mal desempeño en Sitio del Niño.

Denunciar las arbitrariedades del Estado en este caso no le quita nada a las víctimas. Al contrario, demuestra hasta que punto llegó la ineficiencia del Ministerio de Salud, que había incapaz de demostrar el daño, para muchos tan evidente, de la contaminación en Sitio del Niño ese 24 de septiembre de 2007, cuando cerraron Record en un descarado show político que, ahora sabemos, no hizo nada más que revictimizar a la población.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No mire, yo dije lo quise decir, y no se confunda de víscera, era el corazón.

Adórnelo como quiera, pero lo que dije es lo que pienso y piensan muchos.

Al menos le agradezco su honestidad al publicarlo.

Jorge Ávalos dijo...

Yo no he adornado nada. De hecho, creo que eso es lo que la gente quiere, que cualquier artículo que se publique sobre Sitio del Niño esté adornado con lástima. Eso yo no lo voy a hacer.

Lo repito, dejé constancia en mis artículos de un gran desastre institucional por parte del Gobierno. Aparentemente, la gente no estaba preparada para saber cuánto se les había mentido.

Anónimo dijo...

¿No se te ocurre pensar que el ministro de salud actuó así a sabiendas del error "leguleyo" en que iba a caer?. No creo que no haya consultado a algun abogado en el ministerio acerca de eso. Lo mas seguro que fue adrede sabiendo que los dueños iban a recurrir aduciendo ilegalidad.Entonces ¿que? ¿Que abran la fabrica y aqui acabo todo?

Jorge Ávalos dijo...

No, yo no creo que el Ministerio de Salud hizo ese error "leguleyo" con el propósito de beneficiar a Record, si esto es lo que estás sugiriendo. Dos días después del cierre, el 25 de septiembre de 2007, se especuló en el Diario CoLatino que el mal procedimiento del cierre se había dado con el propósito de beneficiar a Record, porque podría resultar en que la fábrica se reabriera. Pero yo no creo que es así. En parte porque al cerrar la fábrica en la forma en que lo hizo el Ministero de Salud, la destruyeron, por eso la empresa esté demandando por decenas de millones de dólares en pérdidas, y no hay ninguna garantía de que puedan ganar esa demanda. Por otro lado, porque el Ministerio no sabía o no parecía saber que estaba gestando un tipo de contaminación peligrosa. Y finalmente, porque toda la gente de Gobierno que he entrevistado realmente suena empecinada en destruir a Record y sólo a Record. ¿Por qué? Esa es una buena pregunta, considerando que hay muchas otras industrias en el área que causan altos niveles de contaminación. Se descubrió que la industria avícola en el área no cumple con las recomendaciones ambientales y sí contamina el río, y no se investigó a fondo a las empresas de papel y plástico del área.

GioSV dijo...

No creo que queden muchos salvadoreños que vuelvan a comprar una productos Record en muchos años. Aunque yo no tengo nada contra Record, creo que yo tampoco los compraría.

Como dice Solavá, la imagen de Record (y talvez no solo eso) ha quedado severamente dañada ante los salvadoreños; por ahí leí el chambre que al parecer Record abriría su nueva fábrica en Nicaragua.