Este es el mensaje que Ban Ki Moon, secretario general de las Naciones Unidas, dio a los participantes de la Cumbre Iberoamericana por medio de una señal de video. No lo pongo aquí por ningún interés particular, es sólo que me tocó traducirlo y, pues bien, lo tengo a la mano. Pero me llama mucho la atención una cosa, más allá de su llamado a ratificar el Convenio de los Derechos de la Juventud: su llamado a reformar a las Naciones Unidas, a su propia institucionalidad. Al fin, alguien dijo que es necesario hacer eso.
«Permítanme congratular a El Salvador por una cumbre tan exitosa. Lamento no poder estar ahí en persona. Les agradezco por el honor de dirigirme a ustedes a través de un video. Nos reunimos en un momento muy peligroso para la comunidad global. Una crisis financiera mundial pone en peligro nuestro trabajo. Los precios para la comida se han elevado y negociaciones de tratados de comercio se han estancado. Estamos viendo nuevos brotes de guerra y violencia, y el impacto del cambio climático es más aparente que nunca. Ahora más que antes, si queremos defendernos de las amenazas comunes a todos y si queremos fomentar el bienestar de nuestra gente, necesitamos trabajar juntos. Un fuerte liderazgo hoy en día significa reconocer que vivimos en un mundo de interdependencia global y que debemos actuar acorde a esa realidad. Las Naciones Unidas serás un fuerte aliado en responder a los desafíos de la salud. Estoy presionando para lograr reformas en las Naciones Unidas, para poder actuar con más rapidez, más flexibilidad y más efectividad. Su apoyo será necesario para construir una institución de servicio al mundo más moderna. El enfoque de esta cumbre, "Juventud y desarrollo" es profundamente relevante a la misión compartida de nuestras verdaderas instituciones. Estamos pasando la mitad del camino en la carrera para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), nuestra visión conjunta para construir un mundo mejor en el siglo XXI. Hace un mes, las Naciones Unidas presidió un exitoso evento de alto nivel sobre los ODM. Unimos una amplia coalición para impulsar cambios. Generamos un compromiso sin precedentes en la forma de promesas y alianzas de cooperación para ayudar a los pobres de la tierra. No tenemos aún la cuenta final, pero el monto total de las promesas podría exceder los 16 mil millones de dólares. Con casi la mitad de las personas del mundo menores de 25 años, tenemos una obligación hacia ellos para acelerar nuestros esfuerzos para alcanzar nuestros ODM. Felicito a los países de la región por sus muchas iniciativas importantes para beneficiar a la juventud: desde educación y empleo, hasta los efectos de la migración. Y los congratulo por la entrada en vigor del Convenio Iberoamericano para los Derechos de la Juventud, una herramienta global sin precedentes. Espero que esta cumbre y su enfoque en la juventud iberoamericana motivará a los países que todavía no lo han hecho a ratificar el convenio. El mundo tiene mucho que aprender de su experiencia y su ejemplo. Las Naciones Unidas continuará trabajando con ustedes, compartiendo sus experiencias con el resto del mundo. Muchas gracias. Muito obrigado. Thank you very much.»
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario