Se dice que al menos 2 millones y medio de salvadoreños viven en los Estados Unidos.
Nuestra comunidad emigrante representa el equivalente de un 45 por ciento de la población que reside en el país. Si esa comunidad regresara de golpe crearía un caos económico y social sin precedentes: la población nacional se triplicaría en menos de un año y no habría ni suficiente trabajo ni suficientes unidades habitacionales para ellos. Pero lo más alarmante es que el país perdería su fuente más constante e importante de ingresos líquidos: los 3 mil 700 millones de dólares anuales que recibimos en remesas. Esa fuente crea una fuerte base para el consumo sin la cual grandes sectores del comercio desaparecerían de un día para otro.
De toda esa comunidad, cerca de 240 mil sólo tienen un permiso temporal para trabajar, otorgado por medio de un acuerdo de protección: el famoso TPS. Una vez más el gobierno de los Estados Unidos le otorgó a los salvadoreños esa condición de protección migratoria temporal que se extendería hasta finales del año 2010. Pero esta vez, la comunidad no está respondiendo con la misma urgencia de antes.
El plazo para llenar la solicitud del TPS vence el 30 de diciembre. Pero sólo 43 mil salvadoreños se han registrado, apenas un 19 por ciento. Esto ha creado alarma en los niveles más altos del gobierno salvadoreño. Es un problema de seguridad nacional. Así que entre el 6 y el 9 de diciembre, el presidente Tony Saca viajará a los Estados Unidos y visitará las ciudades en las que los salvadoreños se concentran: Dallas, Houston, Los Ángeles, Washington y Nueva York.
Será la gira del presidente de un país de renta media alta, soberano e independiente, en la que le pedirá a un cuarto de millón de salvadoreños exiliados que no regresen a su patria, porque el país no los necesita entre los suyos sino lejos, muy lejos. El líder de un partido republicano y nacionalista solicitándole a sus paisanos que no regresen a su patria, porque ella los quiere en el exilio.
Nunca antes había oído yo que esto haya ocurrido. La migración es una constante histórica. Viví en Nueva York entre polacos, rusos, italianos, chinos, irlandeses e hindúes. Pero nunca antes oí que el presidente de un país democrático le pidiera a su comunidad de desterrados que aprovecharan los beneficios de un exilio económico.
¿Qué lema cantarán en esa gira? ¿Primero Estados Unidos, segundo Estados Unidos, tercero El Salvador?
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4 comentarios:
A mí ésto no me convence. Tratar a nuestros connacionales como niños.
¿Serán tan estúpidos los 200,000 que no saben que al quedarse sin TPS perderán el derecho a vivir y trabajar en EEUU, ergo, que si no renuevan tarde o temprano serán deportados?
Yo rehúso creer que lo sean. Son adultos, inteligentes, y emprendedores que han hecho el trámite ya varias veces desde 2001. Sus permisos de trabajo inclusive especifican la fecha en que vence la más reciente renovación que hicieron.
Por lo tanto, o el viaje de Saca es perfectamente inútil, o nuestros connacionales son unos perfectos idiotas que necesitan que el presidente de los salvadoreños se gaste una fortuna en recorrer el país de este a oeste.
Sospecho lo primero.
Por otro lado, en la improbable circumstancia de que los 200,000 han decidido regresarse... ¿alguien cree que el idiota de Saca les hará cambiar de idea?
Pfff. Solamente Saca podría creerse semejante disparate. Malgastando nuestros impuestos.
Mientras escribía esto pensé: quizás se pueden tan bien el proceso a estas alturas que no les importa dejarlo para última hora, a lo salvadoreño.
Pero si el viaje de Saca es inútil, y yo creo que lo es en este caso, creo que también habría que considerar la posibilidad de que se trata de un ejercicio de propaganda electoral. Él se atribuye, después de todo, haber obtenido la renovación del TPS.
"Si amas a tu patria, vete y no regreses nunca".
En realidad el "no regreses", no aplica. Lo cierto es que por lo menos el 25% de los turistas que entran a El Salvador anualmente, lo conforman nuestros hermanos salvadoreños residentes en el exterior. Es por tanto un ingreso en divisas (adicional a las remesas) que viene a dinamizar nuestra economía en el sector turístico (restaurantes, hoteles, TACA, trovadores, etc).
Así que yo bien habría escrito: "Si amas a tu patria, vete, manda remesas y regresa a hacer turismo con muchos dólares en tu bolsillo".
«Lo cierto es que por lo menos el 25% de los turistas que entran a El Salvador anualmente, lo conforman nuestros hermanos salvadoreños residentes en el exterior»
No se beban las distorsiones de Rochi.
Aquí prácticamente no hay turistas (¿quién quiere venir a un país sucio y peligroso?). 10,000 o 100,000 genuinos turistas al año es, como dicen los gringos, peanuts.
Las crifras con las que Rochi se quiere dar ínfulas son en su gran mayoría, casi todos, viajantes de negocios y emigrés en visita familiar.
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