Juro que esto es cierto.
Anoche soñé con Mauricio Funes. Estábamos en un centro comercial, tipo La Gran Vía, pero inmenso. Le pregunté cómo pensaba reactivar la generación de empleo en El Salvador.
“Voy a reunir y canalizar los recursos del Gobierno”, me dijo, “para crear una nueva cadena de pizzerías”.
Con afán provocativo, le conté sobre la única vez que visité la franquicia de su amigo Nicolás Salume, Pizza Nash. En esa ocasión pedí una personal de queso y cuando me la entregaron había una cucaracha tostada en el queso fundido (esto realmente me ocurrió hace algunos años).
Funes pensó su respuesta durante un segundo, me puso una mano sobre la espalda y dijo: “Jorge, esas cosas del pasado no van a ocurrir con mi nuevo gobierno”.
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