miércoles, julio 25, 2007

Nos vieron la cara de tontos

¿Notó alguien este artículo de El Faro, publicado en la edición de esta semana?: Club de golf continúa ampliación en El Espino pese a fallo de CSJ (23 de julio, 2007).

En breve: «El Club Campestre Cuscatlán continúa con la ampliación de su campo de golf (de 9 a 18 hoyos) en la finca El Espino a pesar de que la sala de lo contencioso administrativo de la Corte Suprema de Justicia ordenó la suspensión de las obras mientras se estudia el caso. La alcaldesa de Antiguo Cuscatlán y el director de la OPAMSS aseguran que investigarán y pedirán explicaciones».

Creo que fue la última semana de septiembre o la primera semana de octubre del año pasado, cuando llegué al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para consultar algo con un técnico. Me confundí de camino y entré a un lugar que no debía. Por pura casualidad habían ahí representantes del Club Campestre Cuscatlán. Investigaban la posibilidad de donar al Ministerio el terreno que tenían en El Espino y que había causado tanta controversia.

No sé por qué di por sentado que esto era lo que iba a ocurrir.

Ahora bien, en este país, en este momento, ¿pueden imaginar a una empresa regalando un terreno tan apreciable a un ministerio? O, todavía más triste, ¿puede alguien imaginar a un ministerio haciendo el trabajo necesario para lograr una donación tan significativa para enriquecer nuestro patrimonio nacional? Así que ahora digo lo que a mi hermano le gusta decir cuando se equivoca tan burdamente: ¡Qué tontos fuimos!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No es que nos las vieran así, es que consideran que nos chupamos el dedo y por eso ya no guardan las formas ni disimulan.

Perdoname la mala expresión, Ávalos, pero creo que les valemos verga. Al fin y al cabo, dirán,a lo hecho: pecho. Más vale un hecho consumado que diez editorialistas furiosos.

Mi abuelita diría: ay hijo, a vos se te ve cara de maje y a ellos el hocico de sinvergüenzas.

Anónimo dijo...

Señoras y señores, no sólo es que vivamos en el planeta de los simios, vivimos también en el planeta de los majes.

Unknown dijo...

Ví la noticia, y me dio rabia. Poco importa aqui la ley, estamos en el caos.

Unknown dijo...

Lo que se puede comentar sobre esto es simple:

El desprecio que los areneros le tienen a la institucionalidad del país.

Hemos visto como en reiteradas ocasiones algunos ministros hacen lo que se les antoja en las dependencias del estado para beneficiar a los mismos ricos de siempre.

(Eso de los campos de golf también sirve como una medida para comparar la diferencia entre la riqueza y la pobreza del país, ya que casi por lo general donde terminan las líneas del verdor de las gramas bien recortadas, empiezan las líneas de la pobreza representadas por las comunidades marginales.)

Pero lo que tenemos que hacer es exigir el respeto a la institucionalidad del estado ya que mientras nos lamentamos estos funcionarios del estado, ya están maquinando otras formas de burlar al pueblo y seguir como si nada sucediera y esto también aunque no se quiera redundar te obliga a hacer referencias a temas anteriores como la destrucción de la zona coralina de las veraneras, la misma construcción de la Diego de Holguín y/o, pero también hacer referencia a lo mas reciente que se andan entre manos estos areneros corruptos, como la ampliación en las condenas por desordenes públicos por ejemplo, olvidando la proporcionalidad de las penas, jurídicamente establecido. Claro que alguien con un poco de sentido común sabe que esta mal destruir propiedad privada pero el propósito de este gobierno arenazi nos es mas que amedrentar al pueblo, para que no se siga manifestando en las calles y diga solo amén a todas las arbitrariedades que se cometen a diario.

Por otro lado comentar que da risa cuando ves a funcionarios del estado como este sr. Astor Escalante, siendo entrevistado por Mauricio Funes ya que los pone a cagar cada vez que les pregunta sobre las torpezas que hacen, so pretexto de proteger al mismo pueblo y responden cosas que ni sus abuelitas se las creen.

Anónimo dijo...

Alguna solución al problema expuesto o solo leeremos lamentaciones?

Mañana la gente se monta al auto y se marcha al trabajo, compra gasolina y se da por enterado que el precio ya aumento.

Al medio dia se le ocurre ir a comer algo, y se da cuenta que la comida tambien esta aumentando.

Posiblemente le preocupe menos, a esa persona, por que posee un empleo en el que le pagan un poco mas que al resto, y por consiguiente solo espera reducir ciertos gastos para llegar al fin de mes.

Mientras tanto revistas como el faro, tienen un espacio para entrar a la club de los ARENEROS, que raro es pues que solo ellos tengan acceso a entrevistas de reuniones donde la "crema y nata" de las cupulas de ese partido se reunen, pero no asi a otros medios tales como el Colatino.

Y ya que Solava ha estado dentro de ese medio me podria talvez alumbrar sobre quien financia esa revista, segun dicen los dueños de los Almacenes Siman la sostienen.

A la hora de buscar soluciones, solo plantean "correcciones" posturas moderadas que reciclan las malas conductas de los funcionarios corruptos del partido ARENA sin que estos sean llevados a corte por sus delitos cuando estos se han dado.

El problema es que la gente en El Salvador ha vivido bajo ese esquema de impunidad enfrente de todos estos hechos, pensando que mientras no se toquen las cosas escenciales de la misma constitucion pueda ser que exista espacio para un proceso que corrija estas fallas.

Pero entre malvados nunca se cambia la manera de actuar por que siempre se mantiene lo incorrecto.

Y mientras tanto el pobre es perseguido por manifestarse, y algunas veces agrediendo su propias comunidades para acusarlos de terroristas, los periodistas plantean dudas serias, sin siquiera estar en la fuente de esa noticia, y sacan conclusiones de informacion de tercera mano.

Un periodista debe investigar para luego reflexionar justamente desde la fuente que ha obtenido.

El caso resonado del Espino, ya es un asunto viejo que no se solucionara, al final, creo que no es que les vieran la cara de tontos...

Mas bien creo que ARENA sabe que son tontos.

Que soluciones plantea el faro ante todo eso?

Seguir señalando estos asuntos, pero siempre apostarle a la derecha que actua de la misma manera??

Anónimo dijo...

El Faro puede sugerir de forma general salidas a problemas, pero no es esa su función.La tarea de encontrar salidas concretas le compete a las fuerzas políticas o a los agentes sociales. Ni siquiera el Colatino plantea soluciones, aparte de denunciar las arbitrariedades y la corrupción.

Señalar abiertamente las taras del sistema no produce efectos inmediatos, pero a la larga,las denuncias contra la corrupción que se van acumulando afectan a la opinión pública y desgastan la imagen que los Areneros nos han querido vender.

No le pidamos peras al olmo, Elfaro nunca será el blog del Trompudo, pero cumple una función.

Reconozcamos otro hecho, la oposición de izquierda al gobierno es plural y abarca a distintos sectores y sensibilidades que tienen sus propios discursos y estrategias de comunicación.No podemos pretender que todo el mundo se comporte de la misma manera o sí, pero si alguien quiere que los sectores de la izquierda moderada actúen de otra manera, que plantee sus observaciones críticas de modo cordial y no con acusaciones de por medio. No es esa la forma acertada de plantear un diálogo entre sectores distintos que tienen algunas cosas en común. Hay que sumar y no restar, hay que aprender del daño histórico que ha producido el sectarismo en la izquierda.

Elfaro no plantea la revolución, pero hace llegar un mensaje crítico a los sectores medios y altos de la población y esa tarea hay que hacerla y no puede desarrollarse ni com el mismo lenguaje ni con la misma beligerancia de algunos blogs.

Esa función fiscalizadora que se arrogan algunas personas de izquierda que se consideran más auténticas que todos los demás, podría comprenderse o tolerarse más si se abriese paso de una forma más cordial. Pero su talante de profetas coléricos produce a veces el efecto contrario. La radicalidad no tiene por qué estar reñida con la buena voluntad y las buenas maneras. Hablando se entiende la gente,digo yo.

Jorge Ávalos dijo...

"La radicalidad no tiene por qué estar reñida con la buena voluntad y las buenas maneras."

Me gusta esto, aunque tengo que aprender a aceptar la relación entre "radicalidad" y "buenas maneras", no es tan fácil a primera vista. Pensándolo bien, creo que para hacerlo hay que redefinir radicalidad en función de lo que queremos no en función de cómo hacemos las cosas. Somos radicales si buscamos cambios radicales, no si nos portamos como si fuésemos radicales aunque no logremos nada. Creo que por ahí va la cosa.

Otras notas:

1. Las preguntas sobre El Faro hay que hacércelas a El Faro.

2. Un medio de prensa debería ser juzgado en base a los méritos de su trabajo.

3. Este es un blog, no un periódico, y puedo, en aras de la verdad, usar argucias de estilo que no podría utilizar en un reportaje periodístico porque introduciría un nivel muy alto de subjetividad. Por ejemplo...

4. En mi blog anterior utilizo la segunda persona del verbo, ¿alguien se dio cuenta de ese detalle? En este post trato de criticar la aceptación pasiva de los sucesos, a mi manera y con una autocrítica que me parece aplicable a todos, ¿notó alguien el uso de la primera persona plural? Si un periodista, confrontado ante un suceso cuestionable puede comportarse como un tonto, sea cual sea su razón, imaginen la situación de los lectores.

Anónimo dijo...

Leamos los indicios con inteligencia, que alguien sea de apellido Simán y sea un empresario, no supone que sea también una persona reaccionaria, conservadora y bienavenida con el poder.

Si mal no recuerdo, Enrique Álvarez Córdoba era un millonario y murió asesinado por sumarse a la lucha por la liberación de nuestro pueblo.

Tengamos cautela con esos análisis marxistas rudimentarios que a veces hacemos. Es cierto que la extracción de clase condiciona las orientaciones ideológicas y políticas, pero esa determinación es un promedio estadistico que no determina a todos los individuos de un conjunto.

Marx y Engels eran judios de clase media. Engels tenía un negocio textil, era un caballero con una posición economica bastante desahogada. A pesar de su extracción de clase, el Sr. Engels pertenecía a la izquierda radical.

Cuidado con utilizar los apellidos como prueba para explicar las orientaciones ideológicas de un periódico. No todos los indviduos que pertenecen a la elite dominante tienen simpatía por Arena. La mayoría, es probable. Habrá casos que contradigan la tendencia general y es allí donde hay que andar ojo al cristo para utilizar con criterio las hipótesis referidas a tendencias grupales, porque siempre hay excepciones.

Hay mucha tela que cortar. Creo que se va generalizando la conciencia de que Arena está poniendo en peligro la institucionalidad democrática, esto lo dice el Frente y también lo dicen sectores de la izquierda moderada. No creo que Elfaro proponga pequeñas rectificaciones a las leyes y a los procedimientos para que todo siga igual; desde sus páginas también se lucha por una reforma profunda. Incluso el Frente admite que en la actual etapa el horizonte de los objetivos no es la revolución, sino que la profundización de la democracia. Lo ha dicho uno de sus dirigentes, precisamente en Elfaro.

Esa observación debería tener implicaciones respecto a diálogos y alianzas con grupos y sectores que no son de izquierda, pero que estarían dispuestos a apoyar una reforma profunda en el sentido progresista y democrático. Vale plantearse ese acercamiento como una línea de trabajo que no debería minarse de antemano con sospechas e imputaciones de blandura y colaboracionismo. Es aquí donde procede la cordialidad y el cambio de registro en el discurso. La política es un fenómeno complejo que puede abarcar la calle y diversa formas de lucha, pero que también incluye las negociaciones, el razonamiento y el arte de persuadir.

Esto deberían entenderlo nuestros jóvenes y fogosos radicales, si quieren estar a la altura de lo que demanda el actual momento histórico.