Un mundo al revés

Ayer, 7 de julio, apareció en la contraportada de El Diario de Hoy esta extraña pieza de publicidad. Aunque juega con el estilo y la tipografía del matutino, no es un error. La página fue impresa así, al revés, y no es la portada del periódico salvadoreño, aunque lo parezca, sino de un ficticio El Diurno de Hoy, que al parecer sólo publica buenas noticias.

El anuncio es una broma anunciando el lanzamiento de un nuevo tamaño para la cerveza salvadoreña Pilsener a un precio de 50 centavos de dólar, de ahí que se hable de una pequeña gran noticia. Lo extraño es que todas las buenas noticias de este periódico ficticio son económicas, excepto una: Llamado para Cuba: Obama llama a la democratización. ¿Por qué? Porque Cuba es el único mercado en Latinoamérica que aún les queda a las empresas de la región por conquistar.

En el mundo de los negocios, la democratización de Cuba no es sinónimo de libertades civiles, sino de la apertura de la isla al libre mercado: en los sueños del comercio global esto significaría un puerto central para todo el Atlántico habitado por casi 12 millones de trabajadores potenciales. ¿Quién hubiera pensado de que entre los sueños más optimistas de la empresa que produce una cerveza salvadoreña habríamos de encontrar la democratización de Cuba? En realidad, vivimos en este mundo al revés: la libertad siempre tiene un precio, aunque en nuestros sueños tenga un valor inapreciable.