Doble discurso: decir una cosa y promover lo contrario; mantener una postura con la palabra pero demostrar lo opuesto con los hechos.
El término ha sido utilizado en relación a la crisis de Honduras más que con ningún otro suceso reciente. En parte, porque los principales protagonistas de los hechos se han comportado como maestros de la hipocresía.
A la OEA, por ejemplo, se le ha acusado de tener un doble discurso por tener una posición ante el gobierno de Honduras y otra opuesta ante el de Cuba. La organización expulsó al país centroamericano por violentar su sistema democrático; al mismo tiempo que le abría las puertas a Cuba, un país sin un régimen democrático.
Luego vino la negociación promovida por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
¿Qué dijo el presidente de facto Roberto Micheletti ante la posibilidad de un retorno de Zelaya? Que él estaría dispuesto a renunciar del poder si Zelaya renunciaba a regresar. Micheletti no es un presidente democráticamente elegido, y su renuncia no cambiaría la ecuación política actual en lo más mínimo, sobre todo porque el continuaría siendo el presidente del partido en el poder, el mismo partido de Zelaya. Es decir, Micheletti ofreció renunciar al poder para continuar en el poder pero sin la amenaza del retorno de Zelaya.
¿Qué dijo Zelaya ante la posibilidad de una negociación con Micheletti? Dijo dos cosas. Primero, "que dialogaría sin negociar"; es decir que no estaba dispuesto a dialogar. Y segundo, que si la negociación no culminaba con un acuerdo para su regreso a la presidencia entonces llamaría a una insurrección; es decir, que no estaba dispuesto a dialogar. Que a nadie le sorprenda, por lo tanto, el fracaso de ese "diálogo" para llegar a una solución negociada a la crisis.
martes, julio 21, 2009
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