lunes, marzo 16, 2009

¿Para quién trabajan los políticos?

El papel del ciudadano en una sociedad democrática no encuentra su mejor expresión en la participación militante en un partido, sino en una interacción crítica hacia el gobierno, incluso si ese gobierno es del partido por el que se votó. Lo que un ciudadano no debe olvidar nunca es que las personas electas para una posición pública son servidores públicos. Están ahí, en sus puestos, para obedecer a la ciudadanía y no al revés.

Después de acusar al partido de Arena de ser el arquitecto de su propia derrota, El Visitador escribió lo siguiente en su blog: “Dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Los salvadoreños olvidaron la increíble corrupción del negocio de la gasolina venezolana y la perfecta ineficiacia y sucio dinero de los camioncitos de basura chinos y del basurero municipal con la mafia canadiense. Con el oscurantismo y desorden que se nos vienen encima, tal vez seamos más sabios la próxima vez.”

Un comentarista reaccionó, molesto por ese post, con estas palabras: “Profetizar oscurantismo y desorden son expresiones de alguien que de manera apresurada y por berrinche saca conclusiones sobre un gobierno que ni siquiera ha comenzado a trabajar. El tiempo hablará por si solo." No deja de sorprenderme que algunos comentaristas siempre elijan descartar a la persona que hace una crítica razonada en lugar de responder a lo que realmente esa persona está diciendo; quienes hacen esto, descartan su propio pensamiento, rehúsan pensar por sí mismos.

La historia nos demuestra que el tiempo no habla por sí solo. De hecho, una persona que apoya o defiende al FMLN o milita en las filas de ese partido debería saber que el pilar de la teoría marxista es que la persona puede reconocer su papel en la historia y hacer lo necesario para cambiarla, una actitud filosófica que la ortodoxia política suele aplastar.

Obviamente el FMLN nunca ha estado en el poder ejecutivo. Mauricio Funes será el primer presidente del partido de izquierda. Pero en un país democrático tenemos una división de poderes y es ingenuo pensar que el FMLN no es parte del status quo político, es decir, es parte del sistema político de El Salvador, que con esta elección se convierte en un sistema bipartidista. El FMLN está plenamente integrado al sistema por medio del poder legislativo, por medio de su influencia en el poder judicial y por medio del poder ejecutivo local (a través de las alcaldías el FMLN gobierna a más gente que todos los demás partidos juntos). Digo esto porque me doy cuenta de que EV no está profetizando nada, sino que está sopesando y poniendo al FMLN en perspectiva de acuerdo a cómo han manejado sus gobiernos municipales. Y tiene razón. Las fallas municipales se pueden convertir en fallas ejecutivas o viceversa, tal y como lo hemos visto con el partido Arena.

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