miércoles, marzo 18, 2009
¿Por qué Arena perdió las elecciones?
Escrito por el arquitecto de la dolarización, el ex ministro de Hacienda Manuel Enrique Hinds, este análisis sobre por qué Arena perdió la elección presidencial es agudísimo. Hinds no escribe desde adentro de las filas de Arena, como algunos podrían creer, sino, en un sentido figurado, desde el puente, como alguien que ha conocido lo que significa estar en las corrientes políticas pero que ahora ve con distancia y claridad las aguas revueltas. Si la popularidad del presidente Antonio Saca no se hubiese erosionado tanto, Mauricio Funes habría tenido un grave problema. No fue Ávila quien perdió las elecciones, argumenta Hinds, sino Saca. Por otro lado también se podría argumentar de que la elección de Funes, obtenida por un leve margen porcentual, no se debe tanto a una victoria del FMLN sino a la derrota de Arena. En otras palabras, pesó más el fracaso del proyecto arenero en la victoria de Funes, que la promesa de un gobierno de izquierda.
Ganar las batallas para perder la guerra
Manuel Enrique Hinds
Hace aproximadamente un año y medio el presidente Tony Saca entró con gusto en una batalla en la que le cortó la cabeza a todo aquel que pudiera hacerle sombra a él o a la persona que él escogiera para que le sirviera como presidente delegado en el periodo 2009-2014. Habiendo perdido en su selección original, René Figueroa, y enfrentando la rebelión de su vicepresidenta, Ana Vilma de Escobar, que se lanzó sin su permiso, el presidente contraatacó, decidido a ser él, no el partido, no el pueblo, el que seleccionaría quién sería el candidato de ARENA y el próximo presidente de El Salvador. En su batalla, demostró ser un maestro de la intriga palaciega, de jugar con las ambiciones de otros, del arte de dividir para vencer.
El presidente triunfó en toda la línea. Dividió al partido; eliminó todos los brotes de auténtico liderato; impuso a los velones sobre los que tenían ideales propios en las estructuras partidarias; puso un COENA sí-sí que nunca dijo ni mú; nombró una fracción en la Asamblea cuya única originalidad fue decir que “habría que clonar al presidente porque no hay nadie como él” y puso de candidato a un buen hombre, que hizo lo que pudo pero que nunca logró convencer a la población de su independencia de Tony Saca —una impresión que el mismo presidente se encargaba de reforzar al hacer evidente en todas las decisiones importantes que era él, Tony Saca, el que las tomaba y que iba a ser él, Tony Saca, el que iba a mandar si ARENA ganaba la presidencia.
Ya avanzado el año, el presidente Saca dio el golpe maestro al nombrar como candidato a vicepresidente a una persona que había tratado de ser el candidato del FMLN diciendo que el país sólo podría progresar si ARENA era separada del poder —una manera muy clara de restregarle al partido que él, Tony Saca, podía hacer lo que le diera la gana con el partido, el país y el futuro de todos nosotros.
Pero el triunfo del presidente Saca fue el triunfo de la persona que logra conseguir una pistola para suicidarse, o el de un alcohólico que logra vencer la vigilancia de un centro de rehabilitación para conseguir el alcohol que le significará la muerte. Así como Stalin en los años treinta facilitó la invasión alemana de 1941 al purgar a los mejores generales del Ejército Rojo para que no le hicieran sombra, el presidente Saca facilitó la victoria del FMLN al purgar a todo lo mejor de ARENA para dejar sólo a los que no se atrevían a contradecirlo.
El costo de la división del partido se evidenció en las encuestas, en las que el partido ARENA aventajaba consistentemente al candidato Ávila—por 2.3%de los votantes en la del 22 de febrero de Borges y Asociados, suficiente para empatar o ganar las elecciones, sin tomar en cuenta la ganancia en votos que hubiera dado un candidato independiente, que no hubiera tenido miedo de debatir con el ahora presidente electo Funes, que hubiera contado con el apoyo entusiasta, no dado por miedo al FMLN, de los sectores centristas de la población.
Hubo durante este año una teoría de que había un pacto como el de Alemán y Ortega en Nicaragua. La gente no podía creer que Tony Saca cometiera tantos errores, que le diera tantas ventajas al FMLN. Yo nunca creí en esta teoría de conspiración. La derrota fue el resultado de mecanismos que la población, los líderes políticos y los jóvenes deben observar para evitar su repetición.
La primera causa fue la vulnerabilidad al servilismo más grotesco que parece haber capturado al presidente y sus asociados en una red de autocongratulación que los encegueció y los llevó a perder. Parece que el presidente realmente se creyó las cosas que los asociados que dependían de él le decían sobre su grandeza; que creyó que los salvadoreños preferían verlo sonriendo en vallas a tener medicinas en los hospitales; que era tan popular que la gente iba a votar por la persona que él dijera.
La segunda causa fue el servilismo que hizo posible la separación tan dramática de la realidad que tuvo el presidente. Hablo no aquí de la velonería de los que lo rodeaban íntimamente, sino de la de los medios de comunicación; de la de los empresarios que no se atrevieron a enfrentar ni las malas miradas de Tony Saca; de la de los que estuvieron dispuestos a entregarle el país creyendo que porque era capaz de dividir al partido en intrigas palaciegas el presidente Saca era un genio político cuando en realidad preparaba la derrota en la contienda que importaba. Ahora la historia ha llegado a su lógica conclusión.
Al eliminar a todos los que podían tener criterio propio, al despreciar el consejo de tantas personas adentro y fuera del partido, el presidente Saca y sus aliados tomaron total responsabilidad por el triunfo o la derrota que pudiera darse en las elecciones nacionales. Ahora deben aceptar la derrota que ellos tan tercamente buscaron y renunciar a todos los puestos en el partido para que ARENA pueda renovarse y limpiarse de cultos a la personalidad, regresando a ser un partido de ideales y de participación popular. Deben irse para que el partido no sea más un instrumento de vanidades personales que ganan batallas palaciegas para que el partido y el país pierdan guerras nacionales.
Observador electoral, El Diario de Hoy, 18 de marzo de 2009, página 12.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
No estoy de acuerdo en que sea la megalomanía de Saca lo que haya causado el triunfo del FMLN.
Saca causó la derrota de ARENA porque Saca no gobernó.
No resolvió problema alguno. Ni redujo delincuencia ni terminó el Diego de Holguín ni privatizó CEPA ni concesionó Cutuco ni empezó El Chaparral ni El Cimarrón. Fué un gobierno particularmente inefectivo. Saca debería llamarse Duarte 2 por su ineficacia.
Burocratizó, sí, y despilfarró nuestros impuestos. Nos dejó sinecuras perfectamente superfluas y redundantes como la S. de Competencia, el MiTur, los "Tribunales de Ética", y el ISDEMU.
Las payasadas e infantilismos a los que alude Hinds son simplemente la aceituna en el martini, y no más.
Francamente yo no veo que la megalomanía de Saca y su ineficacia se excluyan mutuamente. Más bien me parece que su ineficacia se deriva de su megalomanía.
Saca llegó al poder con más popularidad que ningún presidente antes que él, y desaprovechó ese apoyo popular y el poder que le daba para negociar y lograr acuerdos. En lugar de usar ese mandato para hacer los grandes cambios que necesitaba el país, se dedicó más a ser el presidente de Arena que a ser el presidente de El Salvador.
Mauricio Funes llega con mucha menos popularidad que Saca al gobierno, pero no tiene alternativa: tiene que hacer los cambios necesarios o se hunde. Va a tener que ser más derechista que Saca: más fiscalmente prudente y más pro empresa de lo que la gente espera.
Pues la verdad, son ciertos algunos puntos que destaca Hinds, como que Saca al querer comandar ARENA desde sus filas, perdio muchos aliados, pero igual no me parece que esta sea la razón principal por la cual sufrieran una derrota. Y es que aunque se dice que la popularidad de Funes es menor a la de Saca cuando este llegó a la presidencia, debemos de recordad qeu mucha de esa popularidad se la dio al "enemigo" que derrotó en aquel entonces(J. S. Handal), el cual se veía como el hombre rojo de linea dura, el embajador del miedo que todos temian.
ARENA perdió las elecciones por que la dolarición de Paco Floresfue a espaldas del pueblo, por que la privatización de Cristiani incremento el costo de la vida y por que el aumento al IVA deCalderon Sol afecto a la clase media, yo pregunto a cuantos funcionarios corruptos han sido señalados del Gobierno de Saca, ninguno todos corresponden a Cristiani, Calderon y Paco Flores, el error de Saca es no contrarestar la campaña permanente de radio Maya Visión, Diario Latino y Radio mi gente junto a ARPAS envenenan la mente, el error es no fortalecer la organización y las bases de ARENA.
Es no desligarse del pasado triste de los otros presidentes, el error es creer que la Guerra Politica ha terminado, el Frente tiene dos caras en una aparenta Democracia en la ptra continua llamando a la Revolución.
ARENA debe volver a sus origenes reinventarse por que sino el tren de la Historia la arrasará.
Una nueva ARENA debe surgir y en esa lucha Mario Acosta es necesario pero no para sespotricar sino para reinventar.
Recuerden este pueblo en su mayoria es de derecha y conservaodr pero no pendejo.
Publicar un comentario