viernes, julio 03, 2009

Un golpe a la razón


El golpe de Estado en Honduras que depuso al presidente electo Manuel Zelaya tiene más giros de tuerca que la torre Eiffel en París.

El actual embajador de los Estados Unidos en Honduras es Hugo Llorens. Este cubano exilado a Miami a los siete años de edad es el mismo diplomático de carrera que trabajó como Director de Asuntos Andinos del Consejo Nacional de Seguridad en Washington, D.C., del 2002 a 2003, los mismos años en que hubieron dos intentos de golpes de Estado en Venezuela. Una coincidencia, estoy seguro. O no.

Aun así, durante un golpe de Estado, siempre es útil tener a la mano a un hombre que ha tenido experiencia diplomática en más de una situación de golpes de Estado. La extraña coincidencia de tener al mismo diplomático presente en dos países gobernados por la izquierda y desestabilizados por una intervención militar interna le huele a los políticos de izquierda a conspiración y a guerra fría. Y esa coincidencia es todavía más extraña porque la familia de Zelaya está siendo protegida en Tegucigalpa por la embajada de los Estados Unidos.

Según un artículo del periódico The New York Times, la esposa y el hijo de Zelaya viven en la casa del embajador Hugo Llorens; una señal, según el Times de que el presidente Barack Obama se opone al golpe de Estado. Si esto es así, Zelaya es un gran malagradecido.

«A media hora de haber llegado al aeropuerto Juan Santa María de Costa Rica, el Presidente Manuel Zelaya, en compañía del presidente Oscar Arias dijo, “Si el embajador de EEUU en Honduras, Hugo Llorens, está detrás de esto, que lo aclare; si niega el apoyo, ellos pueden evitar este terrible golpe que le están dando al pueblo y a la democracia”.»

¿Quién reporta esto? El Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información del Gobierno Bolivariano de Venezuela, ni más ni menos, en el artículo ¿Está Hugo Llorens detrás del golpe de estado en Honduras?. Este no es periodismo de rigor, es un ensayo de especulación. Pero sucede que la coincidencia es real. Así que preparémonos para lo que se nos viene: un viaje en el tiempo, un retorno al pasado. El nuevo paradigma que se está formulando es que ya no estamos en la Latinoamérica del siglo XXI. De un golpe regresamos a las conspiraciones anticomunistas y a la bota militar que inició en la década de 1950 y culminó con las sangrientas guerras de 1980.

Si todo esto tiene algo de absurdo, es porque el golpe de Estado en Honduras es también un golpe a la razón. Repito lo que siempre he dicho: lo que más necesitamos en este momento no son mejores periodistas sino mejores lectores de noticias, mejores lectores de la realidad. Si realmente queremos evitar un retorno a esa época del pasado, no es necesario ubicarse en un bando a favor o en contra de Mel Zelaya. Hay que ubicarse en el bando de la razón.

6 comentarios:

ixquic* dijo...

totalmente de acuerdo. Sobre esto yo ya no leo lo que periodistas escriben. Mejor busco los documentos judiciales (fuentes originales) que hay en la red.

Slds.

El-Visitador dijo...

El embajador gringo sirve a voluntad del presidente yanqui.

El presidente yanqui ha declarado que Zelaya debe volver al poder. Cito del sitio de la Casa Blanca gringa:

«We believe that the coup was not legal and that President Zelaya remains the President of Honduras»

Ergo, a menos que Obama tenga doble juego, alineándose en público con Chávez en su irrestricto apoyo a Zelaya, mientras al mismo tiempo causa "golpes de estado" por medio de su embajada... entonces está claro que Llorens nada ha hecho y que nada hay que temer de un "retorno al pasado."

Saludos,

Jorge Ávalos dijo...

Yo no creo que hay un retorno al pasado. Lo que creo es que no debemos dejarnos llevar por los que dicen que hay un retorno al pasado, un regreso al viejo paradigma de una guerra fría en Latinomérica con dos polos políticos irreconciliables. Aceptar esta noción coloca a Hugo Chávez en un pedestal para la izquierda, porque lo convierte en el caudillo del polo izquierdista.

En realidad, todos los países de Latinomérica tienen constituciones que los declaran democracias. Y aun si algunas de estas democracias pasan por serias crisis de gobernabilidad, la mejor opción de la ciudadanía en cualquier país de Latinoamérica es defender y abogar por la vía constitucional y democrática. Siempre. Bajo cualquier circunstancia.

Anónimo dijo...

Lo interesante de esto es que usted asegura que el Presidente Zelaya, es un desagradecido.

Hasta el momento en que el Presidente Zelaya, se encontraba en la casa presidencial, se sabe que se encontraba solo.

En ningún momento, ningún periódico o reporte indica que el Presidente Zelaya sabía donde estaría su familia después del ilegal golpe de estado.

Posteriormente lo sacaron en Pijamas, en la madrugada lo llevaron hacia el aeropuerto y fue trasladado hacia Costa Rica.

Hasta ese momento el no tenia información del lugar donde se encontraba su propia familia, según entiendo.

Repostes posteriores que se dieron horas después por la noche, fueron dados a conocer por los periodistas comenzaron a conjeturar que la familia del Presidente Zelaya se encontraba en la embajada de Estados Unidos.

En realidad el Presidente Zelaya no tenía conocimiento de que su familia estuviera en casa de algún embajador.

Sus declaraciones fueron dadas media hora después de haber llegado a Costa Rica, Pero al parecer usted amigo nos da un punto de vista demasiado apresurado sin informarnos de todos los eventos, y concluye finalmente que el Presidente Zelaya es un "desagradecido".

Dándonos a entender que el Presidente Zelaya sabía donde se encontraba su familia, cuando los hechos constatan lo contrario.

Le suplico use el sentido común y la razón a la cual usted apela para sacar conclusiones con omisión de la información que se conoce.

Muy cordialmente.

Justin Barnes.
Periodista.

Jorge Ávalos dijo...

Justin Barnes, "periodista":

Me parece increíble que una persona que se hace llamar periodista no pueda distinguir entre una frase condicional y una afirmación. Yo no "aseguro" que Mel Zelaya sea un desagradecido. La lógica de la sintaxis dice que si fuese verdad la cosas que se afirman en el reportaje "especulativo" que cito, entonces Zelaya tendría que ser un malagradecido. Esto no es algo que yo aseguro, pero esta sería una de las conclusiones inevitables. Hay otras pero son peores: por ejemplo, que Zelaya está en un doble juego y que pretenda de que Hugo Llorens es el causante del golpe sabiendo que no lo es. Entonces, y esto no lo aseguro yo, pero la conclusión lógica es que si esto fuese verdad entonces Zelaya sería un hipócrita. Por eso el punto interesante de mi artículo es: no hay que creerle a los periodistas, mucho menos a los que no saben nada sobre sintaxis.

Pero también hay que señalar que toda la premisa de su análisis es falso, porque la esposa de Zelaya recibió desde el principio del golpe bajo la protección de los Estados Unidos.

Según la agencia noticiosa EFE y otras agencias de prensa que la entrevistaron el mismo día del golpe, Xiomara Castro de Zelaya se mantuvo siempre en contacto con su esposo, Mel Zelaya desde un "lugar secreto", pero en la entrevista que dio el día del golpe sólo citó las declaraciones del gobierno de los Estados Unidos. De hecho, fue Hugo Llorens, el embajador de los Estados Unidos en Honduras quien informó un par de horas después del golpe que la familia y los hijos de Zelaya "estaban bien".

Así que regreso a la historia que me motivó a escribir esta nota: ¿Ayudó los Estados Unidos a derrocar a Mel Zelaya? Yo no sé la respuesta pero me hago dos preguntas: ¿Por qué habría de querer los Estados Unidos agudizar la polarización de toda la región centroamericana, ya de por sí con problemas de gobernabilidad en Nicaragua y Guatemala? Y, ¿si los Estados Unidos impulsó el golpe, por qué fue Zelaya este día a Washington a rogarle a Hillary Clinton que le ayude a regresar al poder?

Baltazar dijo...

De todas las cosas que se pueden decir sobre Zelaya es bien extraño que alguien se clave en si es o no es un malagradecido. Es una idiotez. En Honduras estamos viviendo una situación explosiva y un periodista sale a defender a Zelaya porque alguien lo llamó malagradecido. Hay temas mucho más apremiantes.